domingo, 2 de noviembre de 2008

Ciencia y Tecnología. El calentamiento global rebasa la regulación natural atmosférica del CO2

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Durante centenares de millones de años, la naturaleza ha mantenido un sistema automático de retroalimentación que ha mantenido ajustado perfectamente el nivel del dióxido de carbono (CO2) en nuestro planeta. Sin embargo, las actividades humanas han producido tasas tan altas en las emisiones de CO2, que, el bien engrasado mecanismo natural de ajuste, ha sido rebasado en su capacidad reguladora.

Expertos de la Universidad de Hawai y del Instituto Carnegie han encontrado relaciones entre la estabilidad anterior a la civilización humana y ciertos lazos entre la descomposición mineral en la corteza terrestre y el dióxido de carbono atmosférico.

Ken Caldeira y Richard Zeebe, a través del análisis del CO2 atrapado en las muestras de gas de cilindros de hielo extraídos en la Antártida, a profundidades que se datan hasta los 610,000 años de antigüedad, complementados con información geoquímica de los sedimentos del fondo oceánico han logrado construir un modelo del proceso de la reabsorción del CO2 (liberado en la atmósfera por los volcanes y otras fuentes naturales) en el subsuelo a través del reciclaje de minerales que contienen carbono.

Se ha encontrado que existe una relación directa entre la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera y la velocidad de las reacciones químicas que descomponen minerales de silicatos en el subsuelo; es decir, a mayor cantidad de CO2 en la atmósfera, mayor aceleración en dichas reacciones.

Unos de los más interesantes productos de las reacciones químicas descritas, son los iones de calcio que, disueltos en el agua, son arrastrados hacia el mar por los ríos. Pues bien, estos iones de calcio son utilizados, por ejemplo, por moluscos que los combinan con el dióxido de carbono (disuelto en el agua) para formar el carbonato de calcio que componen sus conchas, ayudando, con esto, a restaurar el equilibrio.

Los científicos han demostrado que este equilibrio natural, con desviaciones que no varían más allá del uno o dos por ciento, se ha mantenido por centenares de miles de años, lo que los ha llevado a descubrir la presencia de un mecanismo natural de regulación del CO2 en nuestro planeta, manteniéndose con ello un termostato regulador del clima en la tierra, bastante saludable.

El elevado consumo energético que soporta el avance de la civilización humana, aunado con el alto desgaste de los bosques, han incrementado unas cien veces la velocidad de emisiones de CO2 hacia la atmósfera, comparada con las emisiones de volcanes y fumarolas hidrotermales. Por lo tanto, aunque, el mecanismo natural para su reabsorción al subsuelo, (¡Júrelo Usted!) está trabajando a “todo vapor”, su “capacidad instalada” ha sido rebasada y la carrera para el restablecimiento del equilibrio, se está perdiendo.

Sin embargo (también puede jurarlo Usted), a la larga (aunque tarde miles de años), con o sin nosotros, el equilibrio será restaurado por el planeta; es decir, si le ayudamos y le “bajamos al consumo” o, mas bien, a la producción de gases invernadero, el equilibrio será restaurado con nosotros (la humanidad); pero si no le ayudamos, el planeta, probablemente nos desechará y restablecerá el equilibrio por sus propios medios y, con lo que quede de vida, formará nuevas formas y continuará adelante con la evolución.

Lectura recomendada: Before Fossil Fuels, Earth’s Minerals Kept CO2 in Check (http://www.ciw.edu/news/fossil_fuels_earth_s_minerals_kept_co2_check)

Salud
Valram

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